Biblia y Zen

  
(Recogido de http://jamasunapalabra.blogspot.com/. Muy recomendable)

"Mucha gente se incomoda cuando recuerdo pasajes de la Biblia, pero los dichos importantes son importantes y éste es en verdad indiscutible."

Kôshô Uchiyama, refiriéndose a un versículo de la Carta a los Romanos del apóstol Pablo, en: "Abrir la mano del pensamiento" (Kairós 2009) pág. 190.

Uchiyama suele traer a colación pasajes de la Biblia para explicar el contenido de zazen:

"Zazen es al budismo lo que la oración es a las tradiciones judeocristianas. Así como la oración es soltar nuestros pequeños lastimosos deseos y "pedir" para que se haga la voluntad de Dios, de igual forma zazen es abandonar nuestros juicios egoístas acerca de nosotros mismos (ya sean de superioridad o inferioridad) y confiar nuestra vida al poder de zazen incluido en el cuarto sello [sáns. tahâta], todas las cosas son como son" (loc. cit., pág. 60).

Me parece importante volver una y otra vez a referencias culturales vivas para nosotros si queremos lograr que broten entre nosotros caquis dulces (Dyospiros kaki), frutos de los que alimentarnos de verdad y no cáscaras vacías.

Y, con independencia de nuestras creencias personales, de nuestro agnosticismo o ateísmo, los textos bíblicos son referencias sin las cuales nadie puede orientarse dentro de la cultura occidental. No es superfluo recordar aquí, para evitar confusiones, la idea de Unamuno de que el cristianismo es una mezcla de derecho romano y filosofía griega.

No digo, como puede verse, que haya que cristianizar el dharma (cosa imposible, como demostró Thomas Merton), digo que si encontramos en alguna parte un instrumento cuyo sonido sea familiar nuestros oídos occidentales, hemos de aprovecharlo y hacerlo sonar hasta donde sea posible. Como podéis suponer, la metáfora musical no es accidental.

Hoy, investigando para un artículo que tengo que escribir, encontré el pasaje de Mateo 11, 29 - 30 que no me ha parecido equivocado interpretar como lo que zazen nos diría si pudiera hablar: "Venid a mí todos los que sufrís y estáis agobiados, que yo os confortaré. Tomad mi yugo sobre vosotros, porque soy manso y humilde, y así encontraréis paz para vuestros corazones. Pues mi yugo es suave y mi carga ligera." (Traducción mía -o sea, del autor del blog- a partir del texto de la Biblia Vulgata, ed. Colunga - Turrado).

Quiero llamar la atención sobre este pasaje, que ilumina a zazen como "yugo suave" y "carga ligera" por su capacidad de suscitar, como buen oxímoron que es, la vieja idea de patisotagâmin, ese "andar a contracorriente" recomendado por Buda a quienes quisieran poner realmente en práctica su enseñanza tomando, como dice Yushin, refugio en una parte extraña al sentido común, separándonos de la inercia natural de la vida guiada por una voluntad ciega, que desea y desea sin fin.

En suma, es posible poner esta expresión al lado de otras bien conocidas ("puerta estrecha", "el que salve su vida la perderá") para explicitar mejor ese rasgo outsider pero, al mismo tiempo, tan intempestivo, tan incómodo -pues se niega a hacer del deseo la brújula de la vida -que alienta toda practica "budista" digna de ese nombre.

Un buen cortocircuito a fin de cuentas.

[*** Por cierto, Oxímoron es una figura literaria que consiste en combinar dos expresiones de significado opuesto en una misma estructura para generar un tercer concepto con un nuevo sentido. Pongamos por ejemplo: paz armada, luminosa oscuridad...]
 

2 pensamientos +:

Angst dijo...

Hola, Ane. Muchísimas gracias por el copypaste y por leer. Me abruma un poco, pero eso es cosa de mi timidez y consecuencia de no ser ningún especialista en "budismo", ni discípulo de nadie ni nada.

Salud y gracias de nuevo.

mikaela dijo...

Gracias a ti por escribirlo y por el permiso para colgarlo aquí:)

Tengo una antigua necesidad de "traducir" el zen para mis oídos occidentales que no comprenden el japonés. Encontrar las similitudes e identidades entre los símbolos de los que nos servimos para comunicar...

El zen en europa se está moviendo, creo, está intentando y consiguiendo poco a poco hablar su propio idioma. Eso me parece bueno.

También me parece bueno mirar el zen con muchas miradas: la del sentido del humor, la del juego (por aquí hace mucho que no jugamos y vamos a tener que arreglarlo prontito), la crítica, la de otras tradiciones.

En fin, que me gustó tu blog y lo que allí escribes.

Salud también para ti.

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